El musical Orinoco se presentará en el Aula Magna de la UCV |
De más allá del Cunaviche, de más lejos que más nunca, aparece una mujer cuyo origen se pierde en la selva y su alma se multiplica en la inmensidad. Es así como una voz ronca anuncia el comienzo de la batalla entre la barbarie y la civilización, tema de Orinoco, musical venezolano basado en la novela Doña Bárbara , escrita en 1929 por Rómulo Gallegos.
Los creadores del espectáculo Venezuela Viva repiten sobre las tablas con una historia que fusiona el canto, la actuación y el baile. Entre joropo, jazz y flamenco, la dueña del hato El Miedo regresa para mostrar su drama.
Con el propósito de promover la cultura venezolana y ofrecer un mensaje de esperanza, lucha y perdón, Doña Bárbara, Santos Luzardo, Marisela y Pajarote, en los cuerpos de Daniela Tugues, Alejandro Zavala, Carla Urquiola y Juan Carlos Páez, suben al escenario acompañados de grupos de baile y de músicos provenientes de Barinas, Valencia, Barquisimeto y Caracas.
La versión libre de la novela está a cargo de Carolina Lizarraga, directora de la fundación Venezuela Viva. El pianista César Orozco toma la batuta de la música, mientras que Tugues y Daniel Cabrera están a cargo de las coreografías de una historia con diversas versiones en televisión y cine, entre ellas la protagonizada por la mexicana María Félix y dirigida por Fernando de Fuentes en 1943, cuando el resentimiento se vivía en blanco y negro.
Uno solo y mil caminos distintos.
Corren los años veinte. Es una tarde de perlas y tacones; de vestidos ajustados y flecos que se balancean al compás de un merengue caraqueño. Varios jóvenes disfrutan un ambiente de fiesta mientras esperan al más popular de ellos.
Santos Luzardo llega y anuncia que se adentrará en el Llano, que hará un viaje sin retorno a sus raíces para rescatar la hacienda Altamira. Una canción, autoría de Zavala, marca la despedida. Entre los ríos lo espera la barbarie, la que llaman devoradora de hombres.
Es el fiel Pajarote quien le da la bienvenida. Para los llaneros, la felicidad retumba entre las paredes por la esperanza de un mejor futuro. Marisela, mientras tanto, baila distraída en una esquina del lugar. Su presencia salvaje y abandonada atrae a Santos, que decide ayudarla. "Ella no ha tenido soporte de ninguna parte, sino de la naturaleza. Es como un hada.
Me ha enseñado que la pureza del ser humano no cambia, no importa si eres desgreñada o la dueña de la casa", afirma Urquiola, que además de dar vida a Marisela es bailarina de formación.
Pero en medio de la fiesta, Doña Bárbara se entera de los planes de Luzardo y pretende demostrar su poderío. Un taconeo flamenco es el prefacio de "Pajarillo", tema en el que conviven piano, batería, bajo y maracas. La mujer y su séquito se desdoblan en el escenario.
Ella eleva sus brazos como halcón que va a atacar a su presa.
"Hago catarsis. Puedo sacar mi parte oscura sin hacerle daño a nadie", señala Tugues.
En Orinoco, además del flamenco, la música que predomina es el joropo e incluye formas como la quirpa, zumba, periquera, gabán, pajarillo, guacharaca y quitapesares, entre otros. Gran parte de los temas son composiciones de César Orozco para el espectáculo.
"La idea era mostrar una versión que tuviera arpa y maracas, pero también batería, bajo y piano. Es la contemporaneidad, otra cara de la novela que a todos nos hicieron leer en bachillerato", expresa el pianista.
Para Lizarraga la idea de la fusión de géneros y disciplinas artísticas surge de las líneas de la novela, cuando Rómulo Gallegos creó a una mestiza que se alimentaba de los ríos. "El gran aporte es que estamos haciendo un musical con el tema llanero. Es una obra con verdad, con humanidad. La intención es respetar y apoyar el talento venezolano. Creo que contamos con cosas valiosas para mostrar y tenemos la juventud para hacerlo".
Orinoco se estará presentando en el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela los días 17 y 18 de junio, en tres únicas funciones.
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